Cuius Culpa?
Egon Schiele, autorretrato, 1910
Cortesía del Museo Albertina, Viena
Esta es una disculpa
una oficial
a todas esas damas
(las tres o cuatro ...)
a quienes les prometí demasiado
y entregué bastante poco.
¿Soy culpable de
fabricación o
disimulo o
tergiversación
o cualquiera de esos otros sustantivos pesados
que se cuelan en nuestro idioma?
Si´ y no.
Quería que tomaras vuelo conmigo
de una manera que nunca antes habías hecho.
Saqué pecho
ensayé mi discurso
busqué mis calcetines más sexys.
Pero me quedé corto en mis proposiciones.
Quizás, no te amaba lo suficiente.
Quizás, me amaba demasiad a mi misma.
Quizás, no me amabas lo suficiente.
Quizás, te amabas demasiado a ti misma.
Quizás, otros vientos se agitaban de manera que ninguno de nosotros podía comprender.
Todo esto conspira para convertir la sencillez
que buscamos en nuestras relaciones c
en la complejidad que cosechamos.
Esta no es una petición a favor de la monogamia
No deseo que nos retiremos a espacios reducidos,
fugitivos del amor y del cariño.
Nos necesitamos unos a otros
pero esto requiere una inclinación
por la tolerancia y la comprensión
que pocos descubrimos
hasta que somos tan viejos y sabios
que es demasiado tarde.